Una experiencia maravillosa e irrepetible. Así es como todos los participantes han definido este intercambio.
Esta fue la primera gran imagen que nos dio Marsella. Una impresionante vista de su enorme puerto, le Vieux Port, coronado por esta noria que nos dejó a todos boquiabiertos antes de conocer a fondo el Panier, barrio antiguo de la ciudad, acompañados por una simpática guía. Ademas fuimos recibidos nada menos que por el alcalde, el señor Jean-Claude Gaudin.
El segundo día nos esperaba una excursión muy movida, subimos les Calanques. Después de mucho caminar, no sin algunas protestas: no puedo más, estoy cansada, yo espero aquí, ... recibimos nuestra recompensa con estas vistas:
Tras el descenso nos esperaban las accrobranches, un recorrido por los árboles durante el que descargamos muchísima adrenalina.
Llegó el fin de semana y cada uno disfrutó con su familia de acogida de la ciudad de Marsella. La gastronomía, sus paisajes, su gente y para algunos el Olimpique de Marseille y Notre Dame de la Garde fueron los protagonistas de estos dos días de inmersión en la cultura francesa.
La visita del lunes fue al MUCEM, un bonito museo con forma de cubo en el que presenciamos un recorrido
por las distintas forma de representar el carnaval en el mundo.
El martes pasamos una jornada en el cole. Como un alumno más participamos en la rutina diaria de la escuela en Francia. Asistimos a las clases, comimos en la cantine, ...y por la tarde ya estábamos preparados para las visitas del miércoles.
Este es el símbolo de la Cité des Arts, la cual visitamos después de conocer los orígenes de Marsella en el Museo de Historia de la ciudad. La Cité des Arts la forman unas asociaciones de artistas que se reúnen en este centro para poner en común todas sus ideas, ensayar y concretar actuaciones y exposiciones. Músicos, pintores, bailarines, escultores, grafiteros se dan cita en esta mini ciudad. En más de uno se despertó el artista que lleva dentro.
Llegó el día de volver a España. De buena mañana todos nos fundimos en abrazos, lágrimas y promesas de volver a vernos. En la estación se selló lo que todos esperamos que sea el principio de una larga amistad.
No nos quedaba más que agradecer a M. Aparicio, Mm. Remy, Mm. Figlioli y a todos nuestros corresponsales la gran acogida y el cariño demostrado por todos.
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