"TODO LO QUE SE PUEDE COMPARTIR ES UNA SUERTE". Son palabras del presidente de Senegal me dice la mamá de Colombe. Las escuchó justo la mañana en que nos despedíamos en la gare Saint-Charles. Es la frase que resume la experiencia que hemos vivido y dichas en francés suenan aún mejor: "Tout ce que l'on peut partager est une chance".
El primer día conocimos además del Museo de la Charité con sus exposiciones permanentes de antigüedades egipcias, máscaras mejicanas, al "pas trop gentil" Mistral. Este viento frío y violento quedará también en nuestro recuerdos y en nuestras fotos.
El segundo día vistamos Les Calanques, maravilloso paraje natural reconocido como Parque Nacional. Después de pasear, andar, escalar piedras, sortear otras llegamos por fin al lugar de parada para comer. Nos tenían preparado una actividad para trabajar con nuestro "correspondant", incluía premio para el mejor: ¡una caja de gominolas!
Durante el sábado y el domingo cada uno vivimos experiencias diferentes. Los profesores tuvimos la suerte de ser recibidos con entusiasmo y con el mismo dedicamos esas jornadas a vivir la vida marsellesa, sus calles, su gastronomía, sus maravillosos parajes, sus pueblecitos pesqueros "Les Goudes", su impresionante Notre-Dame de la Garde la cual sigue velando no sólo por los pescadores sino por todos las almas que allí se congregan.
El lunes permanecimos en el colegio. Los alumnos estuvieron distribuidos de manera que siguieron un estricto horario escolar. A las doce " on mange", todos los alumnos comen en "la cantine" y después continúan con su horario escolar que termina a las 16h 30 o incluso a veces a la 17h30 depende de los grupos.
El martes no había ni rastro del Mistral pero aún así no nos permitieron poder atracar en la isla de IF, donde se encuentra el célebre castillo d´If, lugar en el que Alexandre Dumas se inspiró para albergar al prisionero Edmond Dantés mas conocido como El Conde de Montecristo. En su lugar visitamos la isla de Ratonneau, que sirvió como lugar de cuarentena durante la peste del siglo XVII, en el Hôpital de la Caroline. Nos costó llegar hubo que decir mas de un "allez on y va!" traducido al español ¡"queréis daos prisa"!
Visitamos le Vieux Port y le Quartier du Panier un barrio de calles estrechas y empinadas que nos recuerdan que es una de las zonas mas antiguas de Marsella.
De regreso al colegio nos esperaba una despedida por parte de todo el colegio y la entrega de los diplomas por parte del Director "le Principal".
Y llegó el miércoles, regresábamos aunque no quisiéramos. Nos despedimos en el mismo lugar donde unos días antes se había producido el encuentro, no sin algún nerviosismo por parte de algunos.
Iban llegando poco a poco como si no quisieran irse, algunos mas que otros.
La despedida fue un sincero gracias a todas las personas involucradas pero especialmente quiero destacar a mi buen colega francés Monsieur Aparicio, para nosotros Hervé.